Fundamentos
Uno de los rasgos distintivos de la cultura actual es la emancipación de Dios y, por tanto, la crisis de la vivencia y de la pregunta radical por el fundamento del amor humano. ¿Qué es el amor? ¿Es sólo un sentimiento o pasión? ¿Por qué está tan íntimamente ligado a la vivencia de sentido o sin sentido; de gozo o de tristeza existenciales? ¿Cuál es su fundamento y sentido? La respuesta cristiana es radical: Dios es amor, he aquí su primer fundamento y último sentido.
En efecto, “Dios es caridad” (1 Jn 4,16). La afirmación de San Juan expresa el fundamento de la fe cristiana. Como ha expresado Benedicto XVI al comienzo de su encíclica dedicada a este tema capital: “Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: “Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él” (Deus caritas est, 1).
El corazón de la fe cristiana, que es el objeto de la teología, es Dios. Este corazón implica, a su vez, la esencia del ser humano y su dignidad al ser creado a imagen y semejanza suya.
Tomás de Aquino ha intuido notablemente esta relación al tratar, en la Suma de Teología, la primera dimensión de la caridad al considerar el amor de Dios como expresión de Su Voluntad (S. Th. 1, q. 20) al tratar de su divina esencia y, luego, al apropiar la caridad al Espíritu Santo (S. Th. 1, q. 37). Dado que Dios es un ser perfectísimo, espiritual y personal posee voluntad y, por tanto, posee caridad, es decir, amor de benevolencia y donación. Para Tomás, este sentido se denomina “esencial”. En sentido esencial, Él mismo, Padre, Hijo y Espíritu Santo son caridad. Pero esa misma operación espiritual eterna, en cuanto tiene su principio en el Padre y se perfecciona en el Hijo realiza un movimiento espiritual eterno (espiración) que es el Santo Espíritu suyo, persona co-eterna e igual en sustancia y dignidad: en este sentido, el amor o caridad pueden ser tomados en sentido personal. El Espíritu Santo es el término real de la espiración común del Padre y el Hijo.
Luego de considerar la caridad esencial y personal en Dios, Tomás de Aquino la considera en la creatura racional, especialmente en el ser humano: del Ejemplar Increada a la imagen creada (cf. S.Th. 1-2, prol.). San Pablo enseña: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado” (Rom 5,5). La consideración de la presencia de Dios en el hombre, específicamente en los actos humanos orientados a la bienaventuranza eterna internamente movidos por las pasiones y los hábitos, entre los cuales se encuentran las virtudes y los dones y, externamente, por la ley y la gracia, lleva a Tomás a considerar las disposiciones habituales para la acción en su especie como centro específico de la orientación racional y libre hacia el bien. Entre ellas, destacan las virtudes teologales y, de ellas, la forma y perfección en la caridad (S. Th. 2-2, qq. 23-46).
En este seminario esperamos considerar los fundamentos de esta virtud en Dios mismo y luego, de modo especial, en la creatura, estudiando su naturaleza y su relación con el sujeto; su objeto propio; su orden y su acto. Seguidamente, sus efectos y los actos humanos que atentan contra ella para culminar considerando sus preceptos, el don que la perfecciona (sabiduría) y el vicio que se le opone (necedad).
Objetivos
OBJETIVO GENERAL
Plantear la pregunta por el fundamento del amor humano y estudiar la respuesta de Tomás de Aquino a través del desarrollo de la teología de la virtud de la caridad tal como es expuesta en su Suma de Teología.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
- Conocer la figura y el pensamiento de Tomás de Aquino a través de una consideración sintética de su pensamiento teológico a partir del estudio de su tratamiento de la virtud de la caridad
- Introducir al quehacer teológico desde el amor como una vivencia existencia originaria en tanto que es iluminada y fortalecida sobrenaturalmente por Dios a través de la virtud de la caridad, estudiando su existencia, naturaleza y acto propio
- Reflexionar sobre la fenomenología de la caridad por medio de sus efectos: gozo, paz, misericordia, beneficencia, limosna y corrección fraterna
- Analizar los actos voluntarios contrarios a la caridad: el odio, la acidia, la envidia, la discordia, la porfía, el cisma, la guerra, la riña, la sedición y el escándalo
- Comprender las disposiciones axiológico-normativas que surgen de la virtud de la caridad: el amor a Dios y al prójimo
- Aproximarse al problema de teológico de la perfección sobrenatural de la caridad por medio del don de sabiduría y su vicio opuesto, la necedad
OBJETIVOS TRANSVERSALES (COMPETENCIAS)
1. Desarrollar el carácter reflexivo (descriptivo y prescriptivo) bajo una metodología rigurosa de reconocimiento, análisis, sintesís e interpretación de problemas teológicos fundamentales.
2. Profundizar en la comprensión de lectura de textos teológicos.
3. Desarrollar la capacidad de descripción y análisis de casos concretos y de aplicación consistente de principios metodológicos estrictos.
4. Aprender a redactar protocolos de clase y un informe de investigación final con la forma de artículo o comunicación científica (paper).
Cursado
MÉTODO
1. Modalidad de seminario: lectura y comentario de textos
2. Lectura personal de textos
3. Exposición y análisis de problemas
4. Redacción de protocolos y artículo final
EVALUACIONES
1. Participación por medio de presentaciones y protocolos a convenir con los alumnos (50%)
2. Artículo científico final, exposición ante los demás alumnos y defensa ante comisión (50%)
CONTENIDOS
I. Introducción: El problema del fundamento y sentido del amor humano: Tomás de Aquino y la virtud de la caridad
II. La virtud de la caridad en la Suma de Teología: Caridad en Dios (esencial y personal) y caridad en la persona humana: naturaleza, antropología, objeto, orden y acto propio
III. Fenomenología de la caridad a través de los efectos consiguientes de la caridad (gozo, paz, misericordia, beneficencia, limosna y corrección fraterna)
IV. El olvido de la caridad: los vicios opuestos (el odio, la acidia, la envidia, la discordia, la porfía, el cisma, la guerra, la riña, la sedición y el escándalo)
V. Conclusión: la perfección de la caridad: el don de sabiduría (y su opuesto: la necedad)
Destinatarios
Estudiantes o graduados universitarios, profesores de todos los niveles, religiosos, profesionales, otros interesados.
Director
Dr. Julio Söchting OP